Un arcoíris de sombra
dibuja el tronco del árbol seco
desde el alcorque
el polvo del abandono y las arañas
cada nueva hoja un pañuelo
en el suelo del andén
a pedazos descuelga la corteza
un eco de noche y de arena de calendario
dentro respira ya la ceniza
entre las grietas de sus anillos
cada intento encumbra la sombra
más, el reflejo del árbol seco
en mi vieja fachada combate
el color de su partida
ante el ansia terrible de la cortadura