miércoles, 9 de junio de 2021

Tras ellas




La jornada se disuelve  
en colores y  pisadas nebulosas 
fugaces sombras que se apagan
antes de abrazar la tierra.

Lentas pierden el paso, olvidan
el giro de las estatuas y el descenso
por los muros resignados.

La ropa mojada  pende de las costuras
se balancea al son del viejo toldo
mientras, respiro 
la  mansedumbre de las hojas
bajo la guarda del viento
persigo la caída muda de la luz
en los pliegues de la tarde, añoro 
el destierro incipiente de la luna
el abandono de los ojos entornados,
protejo con mi cuerpo la quietud.

Mas, golpean  en mi cabeza
unas ansias invasoras que buscan
otras penumbras
otros  silencios
en la voz de las palabras. Entonces
echo a correr 
                                                 la tinta.