La Alcantarilla Central rebosa
y las banderas la rodean con urgencia
flotan fiebres de bebés en la marea como globos de aguas fecales
su grito agota un aire sin concesiones
sin nana de la cebolla siquiera es otro llanto
un llanto aún más negro más inflexible
que seguirá siempre al último llanto
otro llanto
que no mueve letanías
un llanto sin ley
una irrealidad de los ojos
por dónde
la tierra sus fuegos el norte o el sur las fracturas
por dónde la resistencia los nuestros
por dónde cada uno
los vientres digieren serpientes
los pies se agarran al cieno son peces asfixiándose en las charcas
intentan abrir las calles tozudamente
ladrillo a ladrillo
cartón sobre cartón
cacerola tras cacerola imaginando
que alguna diosa de ley
recogerá esas banderas
y la Regia Alcantarilla
acabará en el mar
los huesos aún resisten
se aprietan como puños se levantan al barro y a la lluvia clamando
que sus hijos
con sus cinco azahares
con sus cinco diminutas ferocidades
e s t á n
d e j a n d o
d e
m i r a r

Me encanta el recorrido que leo. Desde la alcantarilla, que custodia las aguas fecales, la inmundicia, y el fanatismo hasta el mar, la vida y la libertad arrebatadas. Y leo más, exigencia de respeto y de reparación. Y además leo el dolor de la caída real y el consuelo de las manos amigas. Siempre me conmueves.
ResponderEliminarCocha, eres un sol
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