Seguimos confinados.
Es primavera
y las palabras no tienen canción.
Mis pulmones se vacían del aroma de los narcisos.
Es primavera
y las palabras no tienen canción.
Mis pulmones se vacían del aroma de los narcisos.
Otros pulmones se resecan
en los hospitales.
No puedo escarbar entre las lágrimas que, asustadas en los balcones,
contienen el pavor que las sujeta.
No puedo, ni siquiera, perderme entre los ritos, entre agujas del reloj desconcertadas
en los hospitales.
No puedo escarbar entre las lágrimas que, asustadas en los balcones,
contienen el pavor que las sujeta.
No puedo, ni siquiera, perderme entre los ritos, entre agujas del reloj desconcertadas
en la locura de atardeceres inútiles.
Hoy es el día de la poesía.
Sigo volcada en la tecla que me salve.
Cada verso es un clamor, un puñetazo en la mesa,
un empujón de equilibrio en nuestros miedos.
No hay otro escondite posible
para almas desabastecidas.
Hoy es el día de la poesía
Cada verso es un clamor, un puñetazo en la mesa,
un empujón de equilibrio en nuestros miedos.
No hay otro escondite posible
para almas desabastecidas.
Hoy es el día de la poesía
y, otra vez,
sólo ella en la defensa.
sólo ella en la defensa.
Magnífico poema. Gracias
ResponderEliminarUn abrazote
ResponderEliminarToneladas de sensibilidad en cada verso. Fenomenal
ResponderEliminarToneladas de besos.
ResponderEliminar