Como la cebolla fresca
o el rico melocotón vendo
mis imposibles.
Voceo por las calles y me paro
en cada esquina
buscándoles compradores.
Quiero aligerar la carga
volver libre
volver libre
y olvidarme de deudas y balanzas.
Quiero perder del todo
lo ya perdido
y estrenar un aire
que mande el vértigo a paseo
que ordene mis pasos con rima
que me envuelva y zarandee.
lo ya perdido
y estrenar un aire
que mande el vértigo a paseo
que ordene mis pasos con rima
que me envuelva y zarandee.
No quiero morderme más uñas
ni picar el anzuelo
de las preguntas oscuras.
No quiero parar hasta deslizarme.
Quiero detener el sol y
Quiero detener el sol y
sostenerle la mirada
quiero apostar al caballo ganador. Por eso
quiero apostar al caballo ganador. Por eso
me armo
me repongo entre los espejos y
busco pinturas de guerra.
Cuando llego hasta el umbral del coraje
miro la punta de mis pies y
pensándolo dos veces
doy el paso decisivo.
miro la punta de mis pies y
pensándolo dos veces
doy el paso decisivo.
Y lo atravieso.
Así, una y otra vez.
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