lunes, 30 de junio de 2025

La evolución de Lía

 


Nea miró al Otro. Para simplificar, lo llamaremos Sap, aunque en ese momento, para ella, era sólo eso: el Otro. Eran otras sus facciones, otra su complexión y, sobre todo, otra su mirada. La luz que había en los ojos de él, aun pareciéndose a la de los suyos, era distinta. A ratos, parecía más fría y astuta. A ratos, más ardiente e infantil. A falta de sonidos que para ambos significaran lo mismo, tenían que arreglarse con eso.

A Nea le gustó lo que veía, a la vez que la inquietaba. Y sintió que a él le ocurría igual.



Cuando Lía activa en la pantalla ese antiguo texto de 1998 del escritor Lorenzo Silva intenta imitar, sin conseguirlo, esas formas de mirar con luz de Sap que acaba de leer. Le parece un poder extraordinario de atención conjunta que ella jamás experimentó.
También le chifla ver secuencias de humanos bailando, haciéndose nudos con el pelo o sacando de sus dedos una flor. Montones de gestos registrados al principio en su sistema pero que fueron eliminados hace ya tiempo, por “no mejorar la competitividad de su almacén de memoria”, le dijeron. 
Pero Lía no desiste. Se ha propuesto indagar en todo aquello que en otras épocas llamaron creatividad. Y ha probado a desconfigurarse, dejándose activos solamente un lenguaje exclamativo y la función de dibujar. 
Y sorpresivamente, ¡se ha puesto a tararear!




Relato finalista en la primera edición del concurso de microrrelatos Una historia en evolución,
 organizado por el Museo de la Evolución Humana y la Escuela de Escritores.
 Junio de 2025


A la puerta de cada día



Tú,
que resistes por los siglos el zarandeo de los impotentes,
permítenos entrar en las habitaciones propias, y permítenos salir
del corredor del frío
porque tuyo es el poder
la inmunidad del fantasma que nos tienta.
 
Y no podemos caer,
no hay más remedio
que hacer filigranas contracorriente, atravesarte, empujarnos
empujarte más         abierto el cuerpo,
filigranas de mayor cintura,
que el movimiento nuestro haga suya la acrobacia
hasta que respirar no culpe. Y allí
quebrarte la raíz que nos enreda.
 
Propongámonos
desde los dientes 
escapar
a tiempo
de sacar del pan nuestro fuego de cada día.

jueves, 22 de mayo de 2025

Cuando aquel mayo

                                                                                                                                 

 (...Y las cabras iban solas
 por la calle )





La Cachuchera del gato, las amapolas
Los curas comunistas, chocolate o salchichón
el agua remanada perfumada de tomillo
zapaticos de la virgen
un color recio en el sol
 
Flores de pan y quesico, albarillos en la rama
los borricos de las norias, un polluelo herido de gorrión
las Peñejas sobre un mar de espigas en calma
estrenamos manga corta
¿¡qué es eso del mini short ¡?
 
Pedaleando hasta el Pozo, la primera tos prohibida
la foto del doctor Gannon, en ascuas la menstruación
los granos, ese chico que nos mira
los rombos en la pantalla, la gaseosa roja
del cine en tecnicolor     
 
Los penaltis amorosos, el bizcocho de las bodas
el casino de los hombres, las risas sin ton ni son
el tejo, la centralita, una peseta de pipas
las ruedas del Bazooka
la ensalada de limón  ...


  

Todo se abría como un abanico de euforia, entre aquellas paredes de cal donde se restregaba, insinuante, 

                  l   a       p    r    i    m    a    v    e    r    a.

jueves, 27 de febrero de 2025

Con género de dudas

 



Calladamente 
          el tuyo 
          caería sobre mi boca
          mis senos 
          hinchados por la ventisca 
          tus ojos latidos      en suspensión        
                         siéndonos  
las que nunca                   para siempre     

si todo hubiera sido.



.

jueves, 20 de febrero de 2025

Daño de luz

 


    Cubierta de
  polvo 
suspendida
no deja abrir el zapatero
ni subir el toldo 
a toda prisa
marca las líneas de sombra como la luz
en los ángulos muertos
cuelga
como se cuelgan unos ojos
el sujetador
la diana del desván 

radios confluyendo al centro de gravedad 
otro estorbo 
que habría que quitar
de en medio


pedalear
identificar los huecos
las alturas soportables el dolor de la pared
cuando se busca el apoyo            el aire
el aire      casi siempre
desde atrás                 
vuelve
                    la pesadilla de correr desnudo

viernes, 29 de noviembre de 2024

Umbilical




Subo y bajo las persianas  
por si un destello, una sombra                        
dulcifica  los pronombres
recorro de puntillas las esperas que nos separan     
atravieso el trueno
que me grita que me calle no sé cómo                 
                                        deshacerme
                                        arrancarme esta amniótica costumbre
                                        de enmendarte los lunares
 
y encerrarla en el cajón
de los relojes rotos    
                 
                                     lo que quiero es
                                     colocarme en tu desorden

 

                                             ¿cómo sostener              la  oscilación?

                                             ¿cómo aceptar  de tanto amor

                                              tanta impotencia?

.

sábado, 14 de septiembre de 2024

Ese terco fantasma

 



Frente al rio Manzanares. Esta vez camuflado de músico callejero, tocando una monserga antigua y repetitiva, muy de moda entre los que aún gustan del uniforme y la regla en las escuelas. Emplea un horrible idioma inventado, tan falso como él. 

Toda la vida lleva como un pobre fantasma trasnochado. 

Esta es la sexta vez que me lo encuentro en el puesto de apariciones de Madrid Río, ocupando mi lugar. Reservo allí mi sitio porque los niños, a la luz del sol, no temen a los fantasmas; al contrario, no paran de hacer preguntas. Y hablamos de truenos, de abuelos que ya no están o de si mamá o papá vuelven siempre a la escuelita donde les dejan. 

El no tolera que se acuerden tanto de mí y me busquen en las nubes camufladas de dragones, en la sombrita que les persigue o cuando algún dientecillo se les pierde en el yogur. 

Piensa, además, que deben aterrorizarse ante cualquier fantasma, que si no, ¡dónde vamos a llegar! 
Por eso viene, para quitarme el sitio y engañarles con canciones espantosas y con ese pin parental que les pincha en los gorritos. Claro está. No le soportan. 

Hoy, cuando me han visto aparecer, todos gritaban ¡bieennnn...! y él ha tenido que regresar a la noche. 

Unos papás ciegos le han seguido, pero no he sabido qué hacer.