puedo escribir los versos más tristes a la orilla de mi aliento
con las luces que sombrean entre las ramas negras de la sospecha.
Arrojo la mirada a los tonos de la noche
como si entrara voluntaria en la prisión
y aplastara con la frente los cristales encendidos
hasta que esta soledad escupa las costras de las horas muertas.
Desfilan ritos y estandartes y
la fiebre entra en el color de los renglones,
deliran juramentos y sentencias,
mentiras de osada frivolidad.
Tiempos feroces de pandemia.
Política de máscaras y bufidos.
Realidad rota, perversa, sucia.
Renacimiento remoto
A la hora en que el paisaje se aparta y
nos ciega la oscuridad
nos ciega la oscuridad
puedo escribir los versos más tristes a la orilla de mi aliento.
A esta hora en que
la vida de muchos vale muy poco
y nosotros, sin saberlo.
Versos tristes y cansados. Este feroz enemigo mina poco a poco nuestra resistencia. Me gusta la fuerza expresiva del poema. Un beso terapéutico querida Maruja.
ResponderEliminar