viernes, 2 de junio de 2023

Llanto

 


Bajo el borde de la barandilla de hierro terminó el titubeo. La gota de agua se dejó caer al fin, junto a la tarde de domingo que claudicaba también.

Un rugido del cielo taladró la larga espera vacía. 
Cientos, miles de otras gotas empezaron a seguir a ciegas a la primera, como ovejas sin pastor.

A penas se levantó del sofá, sus piernas alcanzaron la misma barandilla y se dejaron ir, igual, sin gota de resistencia.


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