lunes, 29 de abril de 2024

Tras Agustín Fernández Mallo

 

Herida genocida  

 



 

Ya nadie se llamará como yo
mi apellido se ha secado entre mis pechos.
No queda ruido de lo que fuimos.
 
Huyeron con sus ramas las  palomas, los muros
no sujetan el temblor de nuestro polvo.
Yo, tampoco podré llamar a nadie.

  

 

 El olor de la sombra    

 

 


Muy pronto, ya nadie se llamará como yo
cada nombre será otro hueco en mi cadáver
los rostros, los pasos, las voces 
como destellos en el espacio de mi caída.

Ni siquiera puedo salvar mi espanto
de las zarpas de mi mismo.




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