Estaba sentado justo enfrente de mí, cada mañana, como si fuera mi espejo. En su bloc dibujaba todo lo que veía.
Yo jugueteaba, como siempre, con el anillo de mi madre en mi dedo corazón, intentando ocultar su hermosa gema. Temía que alguien me lo quitara.
Pero hoy se lo mostré por un momento. Él no paraba de mirarlo con discreción.
Ya en el andén, mi desconocido me ofreció el dibujo. Unos dedos completamente desnudos. Desconcertada, lo acepté pero él me dijo señalándolo:
- Le pondré el anillo si me dices sí a un café.
Mientras, un carterista me tiraba de la mano
viernes, 24 de mayo de 2024
Próxima estación, Las Suertes
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
No hay comentarios:
Publicar un comentario