Labios agotados
que ya no actúan
y áspera saliva
que regresa
Ya descansa, en el borde
la zozobra de sus bocas
Cinco uñas maquilladas por dinero
levantan la copa
de otra noche que remata.
levantan la copa
de otra noche que remata.
!Arriba!
como un trofeo de carnaval
como el cáliz consagrado de algún templo.
Abajo
un continente no para de vaciarse.
Trago contra trago
se camuflan engaños, deudas, pasaportes.
se camuflan engaños, deudas, pasaportes.
Fantasmas escondiéndose en las grietas.
Las murallas se tambalean,
el calor de la borrachera disuelve
Las murallas se tambalean,
el calor de la borrachera disuelve
el brillo de sus miedos.
A solas
esa copa es
la que toman al salir
de los hoteles.
esa copa es
la que toman al salir
de los hoteles.
Una liturgia al origen
que les sacuda tanto polvo y
les recuerde para qué
ponen el cuerpo.
ponen el cuerpo.
Así,
sostenerse, al menos.
sostenerse, al menos.
Concha
ResponderEliminar¡Qué duro! Imagino con cada verso sus vidas. Me gusta especialmente ese guiño al norte y al sur, es magnífico. Un abrazo amiga
ResponderEliminarHay vidas que a penas se sostienen.
EliminarGracias, Concha